
«También es cierto que muchas mujeres son las primeras en desdeñar tal práctica, sobre todo por culpa de malas experiencias vividas en semejante trance. No nos engañemos: hay muchos que utilizan su lengua como si fuera una termomix, poniéndola en posición 'triturar', como un estilete. Es normal que con esas maneras, la raya entre placer y dolor sea tan permeable como la frontera hispano-andorrana (sobre todo si llevas el coche cargado de billetes de 500 €). Ya comentamos en un post anterior la extremada sensibilidad del clítoris femenino y zonas adyacentes. Por lo tanto, a la hora de acariciar oralmente dicha zona, es fundamental dejarse llevar por la constancia y la suavidad más que por la fuerza bruta. Sí, en las películas porno no se andan con tantos miramientos y en algunos casos parece que asistamos a una de las actuaciones espectaculares de las tuneladoras de Gallardón, como si las protagonistas pasivas del acto tuvieran vulvas de PVC (lo cual no me extrañaría nada, teniendo en cuenta la afición por la cirugía plástica de bajos habitual en el 'stardom' del porno). Sin embargo, en el mundo real más vale maña que fuerza, como en los anuncios de detergentes.»
* Blog Cama Redonda por Josep Tomás, El Mundo Online,22/10/2008
Sem comentários:
Enviar um comentário